Nada mejor para empezar a publicar que los pensamientos de José Martí, mi pensador predilecto, acerca del arte, así los que no lo conocen se van acercando un poco más a la figura de este genio y artista de todos los tiempos del cual soy incondicional seguidor. Posteriormente y verán que es muy común, pondré más pensamientos de él y textos acompañando a imagenes o nuevas entradas.
La belleza, por sí misma, es un placer. Hallamos algo bello, y hallamos algo de nosotros mismos. Cuando en alguna de las artes del espíritu, ora el ritmo del sonido en la palabra extensa poesía o en el eco sin extensión músical; ora el atrevimiento del pincel sobre el lienzo a que se da color de carne y forma corporal; cuando, en algunas de estas artes belllas, se ha actualizado en sus evoluciones un sentimiento, se ha creado un cuerpo, se ha realizado un personaje o un conjunto estético, buena es la obra del pintor, buena es la fantasía del poeta, porque con cumplir la belleza han cumplido toda su obra. El arte es la forma de lo divino, la revelación de lo extraordinario... El ritmo de la poesía, el eco de la música, el éxtasis beatífico que produce en el ánimo la contemplación de un cuadro bello, la suave melancolía que se adueña del espíritu después de estos contactos sobrehumanos, son vestimientos místicos y apacibles augurios de un tiempo que será toda claridad”.
El arte como el medio más directo de captar con la inspiración la verdad y de quitar la falsedad de la apariencia. Es la verdad, el sentido, la idea lo esencial: el concepto que se vierte en formas de belleza, si no, no fuera arte. Belleza de la que emana, en cierto modo, la bondad en cuanto que la belleza, para Martí, eleva y ennoblece. De ahí que escriba en su artículo «Haití y los Estados Unidos»: «El hombre es noble y tiende a lo mejor; el que conoce lo bello, y la moral que viene de él, no puede vivir luego sin moral y sin belleza». Belleza, verdad y bondad como rasgos esenciales que se unen y se complementan en la estética martiana.
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Sin dudas, el poeta fue de mirada aguda para apreciar la beldad y la verdad dentro del arte. Él mismo, artista al fin, cuidó de que en su obra nunca faltara ninguno de estos dos ingredientes. En mi opinión, el arte es una forma tan íntima de expresión que el mero proceso creador requiere de alta entrega –de perderse y encontrarse cada vez, dejarse plasmado en su esencia, regalar un trocito de vida...- Cuando alguien es capaz de entregarse al punto de dejarse descubrir en el estilo de su obra, es porque no teme mostrarse desnudo, mostrarse a sí mismo. El arte genuino es verdad; un corazón genuino es arte.
ResponderEliminarVolviendo al maestro, quería compartirte dos de sus versos sencillos:
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Arpa soy, salterio soy
donde vibra el universo:
Vengo del sol, al sol voy:
Soy el amor: ¡soy el verso!
Gracias por invitarme a tu blog :)
ResponderEliminarGracias a ti Gabriela por ser la pionera y apreciar como se debe a un hombre que desgraciadamente no todos conocen.
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